Alguien me estaba observando, es una sensación perturbadora cuando estás muerta.
Pese a no sentir el papel entre los dedos, ni oler la tinta, ni saborear la punta de un lápiz, veía y olía el mundo con la misma claridad que los Vivos. Ellos, en cambio, no me veían como una sombra o un vapor flotante. Para los Vivos, era aire vacío.
O eso pensaba...
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